Mantenemos una charla a dos bandas con Mauricio Alarcón Salvador, director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (Ecuador), organización coordinadora de la Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa (RLTL), y con Javier Macaya, diputado del Congreso de Chile y presidente de la Red de Parlamento Abierto de ParlAmericas, organismo que agrupa a las legislaturas nacionales de 35 Estados de América Latina y el Caribe. Con ellos abordamos los avances y desafíos de los procesos de apertura parlamentaria en la región, en el marco del apoyo que brinda EUROsociAL+ a dichas iniciativas.
Entrevista por Borja Díaz Rivillas, responsable de Buen Gobierno en el Área de Gobernanza del Programa EUROsociAL+ (FIIAPP)
¿Cuáles son los principales avances registrados en materia de apertura parlamentaria en América Latina? ¿Qué retos siguen pendientes?
Javier Macaya: El avance de esta agenda en América Latina es significativo y ha situado a la región como líder mundial en el ámbito del parlamento abierto. A pesar de la pandemia, los poderes legislativos de diversos países han llevado a cabo actuaciones para seguir consolidando la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana y la ética en los parlamentos. Destacan las agendas abiertas virtuales impulsadas en el plan de acción de Argentina, la estandarización de la información y la facilidad de uso de datos parlamentarios de Brasil, los Sistemas de Integridad del Congreso Nacional de Chile, la inclusión de organizaciones de la sociedad civil en la Comisión Institucional de Parlamento Abierto de Costa Rica, el reglamento de parlamento abierto de Ecuador y la creación de conceptos clave del portal de seguimiento de los ODS de Paraguay.
Mauricio Alarcón: Es difícil hablar de avances regionales cuando la evaluación del Índice Latinoamericano de Transparencia Legislativa 2020 evidencia una caída de 19,3% en la media regional. Los Congresos y Asambleas obtuvieron 58,9% en 2018 y el 39,6% en esta última medición, reflejando brechas que no han sido superadas en más de una década. Los países que mayor puntaje lograron, Chile y Costa Rica, están todavía lejos del estándar deseable, sin evidenciar avances significativos. Esto puede deberse a que la participación ciudadana, piedra angular del índice, aún presenta deficiencias, por ejemplo, en materia de creación de planes de acción de parlamento abierto.
Sin lugar a dudas, durante este decenio, los congresos y asambleas realizaron esfuerzos por crear planes de acción; sin embargo, aún presentan dificultades en materia de sostenibilidad, colaboración, creación, evaluación independiente y difusión. En cuanto a la normatividad, es urgente actualizar o expedir nuevas normas de acceso a la información, así como de regulación del cabildeo y los lobbies. Respecto a presupuesto y gestión, los Congresos y Asambleas tienen deudas con la ciudadanía en cuanto a transparencia en el presupuesto y la gestión administrativa. La información sobre los funcionarios legislativos contratados o los viáticos y gastos de los legisladores debe estar disponible de manera permanente. Y quizá uno de los mayores retos, en una época en que los legislativos pierden credibilidad y confianza, es habilitar y fortalecer espacios de participación ciudadana para que los mandantes estén conectados con el trabajo de sus representantes.
¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia de la Covid-19 en los procesos de apertura parlamentaria en la región?
Javier Macaya: Sin duda, la pandemia ha impactado en el funcionamiento de los parlamentos y ha requerido un gran esfuerzo para adaptar nuestra labor a un ámbito virtual; sin embargo, en lo positivo, se adelantó en varios años la innovación tecnológica. En esa línea, la creación e implementación de planes de acción de manera digital ha precisado que parlamentarios, funcionarios, sociedad civil y ciudadanía aprovechen las tecnologías. Igualmente, facilitó la participación ciudadana con ahorro de tiempo y gastos de viajes, descentralizando la participación. Sin embargo, la pandemia expuso la brecha digital que limita la participación ciudadana de zonas rurales con poca conectividad o de las personas que no son nativos digitales.
Mauricio Alarcón: Es indiscutible que la pandemia tuvo un impacto directo en el trabajo legislativo a nivel regional. Mientras que la Asamblea de Ecuador, por ejemplo, activaba de manera inmediata la modalidad virtual, otros legislativos demoraron semanas e incluso meses en reactivarse. Así, se han registrado impactos positivos, como parlamentos resilientes que encontraron medidas tecnológicas, administrativas y legales para adaptarse y no detener su labor de legislación y fiscalización; y negativos, como las dificultades para el control ciudadano derivadas de las restricciones impuestas por las autoridades.
Desde EUROsociAL+ se ha colaborado con ParlAméricas y la Red de Transparencia y Acceso a la Información (RTA) en la elaboración de una Caja de Herramientas de Transparencia Legislativa. ¿Cuál es la relevancia de este esfuerzo colectivo de sistematización de buenas prácticas?
Javier Macaya: Desde que empezamos a forjar los principios de Estado abierto en los parlamentos de la región con la Red de Parlamento Abierto de ParlAmericas, nos quedó claro que era imperativo clarificar y seguir facilitando espacios de intercambio interparlamentario y de buenas prácticas sobre la base de la Hoja de Ruta Hacia la Apertura Legislativa. En ese sentido, la Caja de herramientas representa un muy valioso esfuerzo para promover uno de los pilares de esta hoja de ruta, a saber, la transparencia y el acceso a la información. Es, además, un punto de encuentro entre los poderes legislativos y los órganos garantes de información, donde generar sinergias resulta clave para continuar consolidando la apertura legislativa. Asimismo, sirve como un marco de referencia para compromisos de parlamento abierto futuros. Finalmente, el hecho de haber incluido más de 100 buenas prácticas de la región hace que este documento sea muy completo y facilite la implementación de consideraciones clave relacionadas con la transparencia.
Mauricio Alarcón: Durante varios años, los congresos y asambleas han venido implementando cambios respecto de su transparencia y apertura. Todas las experiencias, positivas y negativas, dejan lecciones que son útiles. Así, sistematizar las buenas prácticas para ponerlas a disposición es un ejercicio valioso que puede permitir, a través del aprendizaje colectivo, el avance de la apertura a nivel regional. Una caja de herramientas como esta, de la mano de la voluntad política, puede traer cambios importantes en beneficio de los ciudadanos.
El pasado 25 de agosto fue publicada la quinta edición del Índice Latinoamericano de Transparencia Legislativa, correspondiente a 2020 ¿Qué valoración hacen de sus resultados?
Javier Macaya: El Índice de Transparencia Legislativa es una herramienta muy importante en la región, porque permite conocer cómo estamos y cuáles son los indicadores a los que debemos prestarles atención para una implementación cada vez más efectiva de las cuatro dimensiones que establece. Los resultados de la última edición, en la que, con el apoyo de EUROsociAL+, se cambió la metodología, demuestran que vamos por buen camino, pero todavía nos falta mucho por recorrer, ya que tan solo dos poderes legislativos “sacaron aprobado” en el Índice. Resaltemos que es una gran cantidad de indicadores los que se revisan; en el corto plazo, debemos esforzarnos en las dimensiones de la transparencia de datos presupuestarios y la gestión administrativa del parlamento a nivel regional. Asimismo, hay que seguir trabajando para institucionalizar la apertura legislativa y, con ello, alcanzar otros niveles de eficacia e impacto de esta agenda con la publicación de datos en varios formatos, visualizaciones y lenguaje claro. Parlamento Abierto llegó para quedarse y sus beneficios son de interés nacional; los países con más experiencia en parlamento abierto fueron los que obtuvieron mejores calificaciones en el Índice.
Mauricio Alarcón: Como algunos medios de comunicación titularon, la apertura parlamentaria tiene “nota roja” en América Latina. Los resultados, en general, no son nada alentadores, incluso para los países mejor puntuados. Además de brindar evidencia, el ILTL ha generado un escenario para el debate y la reflexión, pues nos permite ver con claridad las brechas de cada país y los escasos avances en estos últimos años, al tiempo que brinda datos que facilitan la posibilidad de mejorar. Esperamos que esto sea visto como una evaluación crítica positiva y constructiva para más apertura parlamentaria en la región. En esa línea, la colaboración entre los sectores de redes de sociedad civil, redes de parlamentarios y cooperación internacional ha significado la construcción de un tejido sostenible para la promoción y asistencia técnica en materia de Parlamento Abierto en la región.