Por Olaya Dotel Caraballo, viceministra de Cooperación Internacional y Ordenadora de los Fondos Europeos, y Katja Afheldt, embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de la Unión Europea ante la República Dominicana.
Foto: Honey Yanibel Minaya Cruz
La República Dominicana ha sido clasificada como país de renta media alta. La economía de la República Dominicana ha venido creciendo en los últimos años de manera sostenida por encima de la media de los países de América Latina. Sin embargo, este crecimiento no ha impactado en la misma proporción, en la mejora de la calidad de vida de las personas, además de que persisten importantes niveles de desigualdad, siendo esto último uno de los principales desafíos del país[1].
La cooperación europea con América Latina y el Caribe, reconoce los retos de desarrollo y desigualdades de los países en transición. A través de EUROsociAL+ y otros proyectos de cooperación enfocados a la dimensión social, la Unión Europea enfatiza su continua voluntad de construir una agenda global ética, transparente basada en la equidad, inclusión y la sostenibilidad.
En la República Dominicana, consideramos que la cooperación internacional y el intercambio de experiencias son importantes para continuar avanzando hacia una sociedad más equitativa. De hecho, en la experiencia nacional, la cooperación europea ha jugado un rol importante en el impulso de las principales reformas y políticas públicas para el desarrollo del país.
A través del Plan Nacional Plurianual del Sector Público 2021-2024, el gobierno actual ha puesto como eje central de sus políticas públicas aumentar el bienestar de su ciudadanía, mediante la mejora de los servicios públicos, tales como salud, educación, seguridad ciudadana y acceso a la justicia, además de crear las condiciones para generar empleos de calidad y promover un estado más transparente, eficaz y eficiente. Todo esto en consonancia, también, con la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) y con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Para ello, “se definieron siete ejes transversales, es decir, temas prioritarios que deben tomarse en cuenta en el diseño y ejecución de las políticas y, por tanto, ser un criterio de evaluación de éstas. Estos ejes son, género, territorio, participación, sostenibilidad, transparencia y rendición de cuentas, acciones afirmativas para los grupos vulnerables y transformación digital (MEPyD)[2]”.
Asimismo, se realizan enormes esfuerzos para disminuir las brechas existentes entre los distintos estratos sociales, donde se resaltan como ejes transversales de acción la igualdad de género y la territorialización de todos los planes y programas sociales ejecutados, en el entendido de que es en el territorio en donde vive la gente, uno de los principales espacios donde se expresan las desigualdades, tomando en consideración sus distintos niveles de desarrollo y priorizando aquellos más vulnerables.
Por su lado, la Unión Europea ha desarrollado un aprendizaje a lo largo de las últimas décadas que se cristaliza en el enfoque de la inversión social, asumido formalmente en el año 2013[3]. Este enfoque se basa en el principio de que invertir en lo social es la vía para ayudar a «preparar» a las personas para enfrentarse a los riesgos de la vida, más que simplemente a «reparar» las consecuencias de las crisis. Esto significa, por tanto, que el gasto social no puede estar dirigido solamente a aliviar y proteger a la gente ante las situaciones de necesidad, sino también a reforzar las capacidades actuales y futuras de la población; y a prevenir asegurando un nivel de vida adecuado a la población.
Dimensionar la necesidad de adoptar normativas que produzcan los resultados que nos encaminan hacia una sociedad justa y equitativa debe ser un ejercicio mandatorio para la identificación de oportunidades de mejoras en nuestros sistemas sociales; más aún, cuando nos encontramos orientados hacia la necesaria recuperación económica tras la crisis producida por la pandemia de la covid-19 que, en consecuencia, incrementó las desigualdades entre hombres y mujeres.
Los avances de la República Dominicana en esta materia se evidencian en la puesta en marcha de diferentes programas de protección social, como por ejemplo el Programa Supérate, que tiene como objetivo principal mejorar la calidad de vida de los hogares participantes, a través de, entre otras cosas, la implementación de acciones de formación, para construir capacidades para la empleabilidad y el emprendimiento productivo de las familias, así como asegurar la permanencia de niños y niñas en el sistema escolar y la atención médica a las mujeres embarazadas.
Otro hito importante de las políticas públicas orientadas a fortalecer la cohesión social del país es la reciente inclusión de dos millones de personas al Seguro Nacional de Salud. Con la entrada de estos nuevos afiliados la Aseguradora de Riesgos de Salud estatal cuenta ahora con más de siete millones de usuarios, lo que conlleva a que el 60% de la población cuente con un seguro de salud de calidad.
Por otro lado, la República Dominicana, tiene la oportunidad de profundizar su proceso de articulación interinstitucional para la consolidación de la cohesión social, mediante el aprovechamiento de la experiencia y lógica de intervención de EUROsociAL+, “que a lo largo de más de diez años ha venido ofreciendo un espacio para el aprendizaje entre pares y el intercambio de experiencias entre instituciones homólogas de ambas regiones, favoreciendo el uso de un amplio catálogo de herramientas pertinentes para cada proceso”[4].
EUROsociAL+ aborda las desigualdades múltiples mediante el fortalecimiento y creación de políticas públicas intersectoriales, agrupadas en sus tres grandes áreas: política de igualdad de género, política de gobernanza democrática y políticas sociales. Las áreas del programa son identificadas con la convicción de fondo de mejorar la redistribución de la riqueza mediante apoyo a políticas que generen empleo inclusivo y sostenible y un acceso a servicios públicos equitativo para todos.
Entre otras acciones en el país, se destacan como grandes aportes de este programa en la República Dominicana la realización, junto al Ministerio de la Mujer, de una guía para crear un registro único de violencias hacia la mujer, apoyando a las víctimas de un delito tristemente común en el país. Siendo República Dominicana el país que tiene la mayor tasa de matrimonio infantil en Latinoamérica[5], EUROsociAL+ también está apoyando en la implementación y monitoreo de la política pública de prevención de uniones tempranas y embarazo en adolescentes para acabar con esta práctica.
Resulta importante relevar que EUROsociAL+ ha apoyado en la revisión y actualización de la Política Nacional de Empleo, donde se han realizado foros de discusión de alto nivel con oficiales del gobierno, sindicatos, y representantes de la sociedad civil y del sector privado. De esta forma, se generan puentes de diálogo para combatir la informalidad de la fuerza laboral en el país y generar oportunidades de trabajo más sostenibles e inclusivas. También EUROsociAL+ apoyó con el diseño e implementación de una metodología de revisión del gasto público para mejorar los programas presupuestales del país de forma que estos sean más incluyentes. Así fortalece la institucionalidad y participa a desarrollar la gobernanza democrática del país.
En los próximos meses, EUROsociAL+ estará en su fase de plena ejecución, con acciones que seguirán fortaleciendo la cohesión social desde varias perspectivas. Entre acciones en dialogo notables, se apoyará en la comunicación para el impulso de políticas públicas redistributivas que enfrenten la pobreza y la desigualdad y, a nivel regional, el programa colaborará con la aplicación de presupuestos con enfoque de género.
De esta manera, EUROsociAL+, enlaza a la perfección con dos de las prioridades de cooperación para los años 2021-2027 definidas entre la Unión Europea en la República Dominicana: un Estado moderno y cercano a la ciudadanía, y aumentar las oportunidades económicas, especialmente para las mujeres y los jóvenes.
Para la República Dominicana, así como para los países latinoamericanos, el intercambio de experiencias y buenas prácticas con otros países de Europa y de Latinoamérica seguirá siendo una poderosa herramienta para fortalecer las políticas públicas.
EUROsociAL+ trabaja con 18 países de la región de América Latina. Sin embargo, la República Dominicana se volvió el primer país del Caribe en participar en EUROsociAL+ siendo activa en varios espacios de diálogo regional como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Sistema de Integración Centroamericano SICA entre otros. La entrada de República Dominicana a EUROsociAL+ refuerza en particular la plataforma de intercambio de experiencias entre países europeos y centroamericanos, en agendas de políticas públicas compartidas. También, la participación del país en el programa es un ejemplo exitoso que alentará a otros países del Caribe para participar a futuros proyectos europeos de cooperación regional sobre la Cohesión Social. La cooperación regional va a tener un fuerte impulso con el nuevo instrumento financiero de cooperación, Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperación Internacional (NDICI) “Global Europe”. NDICI elimina todo criterio de elegibilidad por zona geográfica, favoreciendo los intercambios y alianzas entre todos los países de América Latina y El Caribe
Con mirada hacía futuras oportunidades para programas regionales como EUROsociAL+, estamos seguras de que la experiencia con la República Dominicana se está convirtiendo en un laboratorio de gran relevancia, pues aquí se cruza la experiencia de un país del caribe con una larga trayectoria en cooperación y un programa dirigido a todo el continente latinoamericano. Es un hecho inédito para la cooperación europea que puede generar nuevas pistas, nuevos modelos para repensar la cooperación en el marco del nuevo paradigma del “desarrollo en transición”. Esta experiencia no solo le permitirá al país ser pionero en el Caribe, sino que conecta al país con un modelo de cooperación dinámica y horizontal de intercambios con socios europeos y latinoamericanos.
A través de EUROsociAL+, queremos señalar cómo juntos podemos promover ejemplos para una agenda global basada en la igualdad, la inclusión y el desarrollo sostenible. Esta es la esencia, que va más allá del proyecto y que fundamenta nuestra voluntad de seguir trabajando más y mejor.
[1] La República Dominicana presenta un coeficiente de Gini de 43,7, haciendo el país el 36º más desigual en el mundo (World Population Review, Banco Mundial, 2018) y el segundo en el Caribe.
[2] Plan Nacional Plurianual del Sector Público 2021-2024.
[3] COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN “Hacia la inversión social para el crecimiento y la cohesión, incluida la ejecución del Fondo Social Europeo 2014-2020”.
[4](GIGAPP, 2018) https://congreso2018.gigapp.org/sponsors/sponsor/detail/25/programa-eurosocial-ii
[5] El 36% de las mujeres entre 20 y 24 años en la República Dominicana se casaron o estuvieron en una unión antes de los 18 años (2020, Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, CEPAL).