Los laboratorios de creatividad dieron voz a diferentes realidades existentes en cualquier país de América Latina como son niños, niñas y jóvenes en riesgo de exclusión
“Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”, recordaba Pelayo Castro un grafiti descubierto por el poeta ecuatoriano Jorge Enrique Adoum y universalizado por el escritor uruguayo Mario Benedetti. Esta cita, pronunciada por el Embajador de la Unión Europea en Costa Rica durante la apertura del encuentro de EUROsociAL+ en San José, marcó de alguna manera el debate y el intercambio de tres días en la capital costarricense.
Porque si por algo se caracteriza EUROsociAL+ es por buscar respuestas a las demandas que nos llegan desde América Latina. Respuestas que encontramos en Europa y en América Latina, y que en Costa Rica se transformaron en realidades con importantes compromisos para la lucha contra la violencia de género, el diálogo social y el desarrollo regional.
Pero también en esta tercera fase del programa para la cohesión social en América Latina queremos ser parte de las preguntas, lo que significa ser más estratégicos, posicionar de nuevo lo social en la agenda de la cooperación euro-latinoamericana y contribuir al cumplimiento de los países con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por eso, nuestra exigencia fue mayor para la puesta en marcha de las acciones en apoyo a políticas públicas que realmente incidan en una reducción de la brecha de la desigualdad en la región.
Y no solo en el diálogo fue inspirador la cita inicial, también fue premonitoria del inolvidable momento cultural que se vivió en este primer encuentro anual de la tercera fase de EUROsociAL. Los laboratorios de creatividad dieron voz a diferentes realidades existentes en cualquier país de América Latina como son niños, niñas y jóvenes en riesgo de exclusión, la lucha del colectivo LGTBI, y la situación de las privadas y los privados de libertad, quienes, a través de la poesía, la pintura y la fotografía expresaron su anhelo de formar parte de una sociedad que les ofrezca los mismos derechos y las mismas oportunidades que a cualquier otra persona.
Fue un encuentro lleno de símbolos, desde la palabra Libertad que da nombre al Parque Metropolitano donde iniciamos el encuentro, hasta el antiguo presidio conocido como “La Peni”, hoy convertido en Museo de los Niños adónde acudimos en coincidencia con el Día Universal del Niño. Por ello, la mejor manera de cerrar estas líneas es acudiendo al prólogo escrito por Kennly Garza, subdirectora del Centro de Atención Integral Vilma Curling, para el libro de poemas de las privadas de libertad de este centro, titulado “Luna compartida”. En este preámbulo, de nombre “Alquimistas de significados”, Kennly nos hace un llamado de atención sobre algunas de estas alegorías: “La prisión de mujeres es un lugar incómodo y antagónico; la insospechada bienvenida de querubines apura la sonrisa. Al fondo, el susurro de quinientas escritoras inquieta la conciencia al sabernos parte de esas tramas. Escenario de pérdidas y reivindicaciones, es también una isla de guerreras cuyas historias merecen ser contadas antes que el Río Cañas las reclame su patrimonio. Hasta entonces, aquí el tributo de su palabra, transparente y directa, advirtiendo que mientras haya mujeres escribiendo desde la cárcel de la desigualdad, el hablar de libertad nunca será un facilísimo ni un lugar común, es una deuda urgente que solo el aplauso no refrenda”.
Por Enrique Martínez, responsable de comunicación de EUROsociAL+